La lección de las exenciones fiscales y la reforma fiscal

por ETCO

Fuente: Intelog - Porto Alegre / RS - EDITORIAL - 31/03/2010

El ministro de Hacienda anunció, como si fuera un gran avance, que la presión fiscal en 2009 cayó al 33,8%, frente al 34,5% del año anterior. Se sabe que la caída reflejó solo los efectos de la crisis, ya que los recortes impositivos adoptados para enfrentarla fueron relativamente modestos, básicamente, el del IPI para algunos productos abastecidos por sectores que emplean mucha mano de obra y que, por tanto, contribuyeron para mantener alta la demanda interna.

Aunque modesta, hay que señalar que la medida tuvo un efecto más que proporcional en la demanda, como muestran las estadísticas de ventas de los sectores beneficiados. Incluso hoy, cuando finaliza el período de reducción del IPI en automóviles, existe un volumen de ventas extraordinario que debería establecer un récord histórico en ese mercado.

Correspondería a las autoridades aprender una lección de este hecho y ser lo suficientemente audaces para reducir los impuestos al consumo de todos los productos, una medida cuyo efecto sobre la demanda sería más saludable que el resultante del financiamiento de largo plazo.

Estos están contribuyendo, por un lado, a incrementar el precio spot, generando inflación artificial y, por otro, a que los consumidores no realicen ahorros personales que, en definitiva, aumentarían su poder adquisitivo.

Una reforma tributaria que había sido propuesta con gran timidez por el gobierno del PT, que nunca se propuso convertirla en realidad, debería ir mucho más allá de la simple reducción del IPI y convertirse en un instrumento de política económica orientada a la eficiencia y también a la vertiente social. , como instrumento para una mejor distribución del ingreso.

Tal reforma tendría la ventaja de reducir el precio de los productos exportados, contrarrestar la apreciación del tipo de cambio que refleja en gran medida la mejora de nuestra economía, y reduciría las importaciones que, en la mayoría de los casos, no incluyen la carga tributaria de los países proveedores.

Y no se puede admitir la guerra fiscal que se está produciendo hoy entre estados, falsificando imperativos económicos que deben dictar la ubicación de las inversiones.

Pero la falta de racionalidad en las decisiones federales siempre está presente. El ministro de Hacienda, en el momento en que el gobierno anunciaba el PAC 2, que requerirá un importante apoyo del sector privado, advirtió que las tasas de interés para la compra de equipos se elevarían en un punto porcentual. Ese mismo día, el gobernador José Serra redujo el ICMS para el sector textil.
 

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