Alternativa para aliviar el trabajo y aumentar la competitividad de las empresas.
Autor: MARCOS CINTRA
Fuente: Gazeta Mercantil, 05/05/2009
5 de mayo de 2009: Brasil grava los salarios y la nómina en exceso. Los impuestos sobre la remuneración que pagan las empresas limitan la capacidad competitiva del país, reducen la oferta de empleo y fomentan el mantenimiento de un elevado contingente de trabajo informal.
La pesada carga de la nómina se ha debatido durante años, pero nunca se ha incluido en la agenda como una prioridad para el cambio. En la propuesta de reforma tributaria que se está procesando actualmente en el Congreso Nacional (PEC 233/08), hay una reducción tímida de 1 punto porcentual por año en el 20% de la seguridad social de los empleadores (hasta el 14%) que no tendría un efecto significativo en la sobre tributación de este base. Además, no hay alivio de la carga fiscal sobre los asalariados.
El gobierno, centrales sindicales y empresarios intentaron recientemente cerrar un acuerdo para evitar más despidos. La idea era que las empresas redujeran su jornada laboral hasta en un 20% sin recortar salarios. Para compensar, se produciría una disminución temporal de alrededor del 40% en el 20% que pagan las empresas al INSS, en las aportaciones al sistema “S” y en el 8% que se paga al FGTS. La propuesta de exención de impuestos del gobierno a cambio de mantener los puestos de trabajo no incentivó a las centrales sindicales y parece que quedó fuera.
Aliviar los cargos de nómina debe ser una medida de
carácter permanente y de gran alcance que hace que las empresas sean competitivas, crea empleos y combate la inseguridad laboral. La propuesta que presentó el gobierno es una improvisación temporal con poco alcance en vista de la magnitud del problema.
Reemplazar las fuentes de recursos de seguridad social de los salarios es una demanda urgente en la sociedad. Sin embargo, la base impositiva alternativa que se ha sugerido, como la facturación o el valor agregado, no alivia al sector productivo, no combate la evasión fiscal y no reduce los costos.
Las cargas de la seguridad social deben ser asumidas por la sociedad en su conjunto. No deberían ser apoyados principalmente por el sector productivo, como es el caso hoy en día con las aportaciones a la nómina (y seguiría ocurriendo si se sustituyera la base por valor agregado o facturación). La Carta de 1988 incorporó este concepto al definir, de acuerdo con el caput del artículo 195, que el cálculo del costo del sistema de seguridad social es responsabilidad de “toda la sociedad, directa e indirectamente”.
En este sentido, es necesario reemplazar las contribuciones recaudadas en la nómina por una contribución en transacciones financieras. Esta alternativa simplifica el sistema, combate la evasión de impuestos, reduce los costos comerciales y garantiza un ingreso estable para el INSS.
Una alternativa amplia que el gobierno, los sindicatos, las empresas y las entidades políticas podrían comenzar a discutir es la eliminación casi total de los impuestos sobre la nómina empresarial, quedando solo el FGTS. La idea sería la extinción del 20% para el INSS, el 2,5% del salario de educación, todo el sistema “S” y el seguro de accidentes de trabajo. Para reemplazar la recaudación de R $ 73 mil millones que generan, se crearía un aporte del 0,33% sobre los débitos y créditos de cada entrada bancaria. Es importante resaltar que los aportes a las entidades paraestatales (Sesi, Senai, Sesc, Senac, etc.) y al FNDE tendrían cambios solo en lo que respecta a las fuentes de recaudación, manteniéndose los actuales criterios de compartición.
Los ingresos generados por las transacciones financieras son más estables que los de la nómina, que, en tiempos de crisis como la actual, fluctúa abruptamente e intensamente.
Un estudio realizado por la Fundación Getulio Vargas revela que reemplazar el INSS del empleador por una tasa del 0,5% sobre los débitos registrados en las cuentas corrientes bancarias reduciría la carga impositiva sobre el valor agregado de las empresas. El PIB podría tener un crecimiento adicional de 1,6% y el nivel de empleo, de 1,9%.
La imposición de un impuesto a las transacciones financieras para reemplazar los impuestos a la nómina corporativa es una alternativa que beneficiaría a los agentes públicos y privados. Las empresas tendrían una reducción en sus costos, la oferta de empleos crecería, el trabajo con un contrato formal aumentaría y el gobierno no solo mantendría la recolección, sino que también el costo de la inspección sería menor.
pateador: las cargas sociales deben ser asumidas por toda la sociedad
(Gazeta Mercantil / Caderno A - Pág. 3) MARCOS CINTRA * - Catedrático y vicepresidente de la Fundação Getulio Vargas. Siguiente artículo del autor el 4 de junio)