Reforma anticipada
Autor: Armando Monteiro Neto
Fuente: O Globo, 31/03/2009
Existe consenso entre los líderes de la industria y el Congreso Nacional de que Brasil ya no puede posponer la reforma tributaria. Creemos que esta percepción también es común a los ciudadanos de hoy, debido al peso de los impuestos en su vida diaria. La modernización del sistema de recaudación de impuestos es fundamental para adecuar los estándares brasileños a los estándares internacionales, fortalecer la economía frente a la crisis global y preparar al país para un nuevo ciclo de crecimiento.
Estas transformaciones eran esperadas desde hace tiempo, pero innumerables veces postergadas debido a la complejidad de los obstáculos y las dificultades propias de un universo de múltiples actores e intereses. Los pesimistas de turno prevén el mismo desenlace para el movimiento actual en torno a la propuesta en curso en la Cámara de Diputados. No tenemos esa evaluación. La crisis hizo imperativa la opción por el cambio.
Incluso los más escépticos reconocen la necesidad de acciones más contundentes y de mayor alcance para evitar una recesión en el país.
Esta visión marcó el reciente Seminario Internacional de Reforma Tributaria, realizado por la CNI en su sede de Brasilia, cuando se renovó el compromiso de revisar el sistema tributario. Allí se sentaron las bases para la gran articulación nacional y el entendimiento indispensable para la aprobación inmediata de la propuesta.
Aprendimos lecciones importantes de la experiencia internacional. La primera es que muchas naciones están mejorando sus sistemas tributarios para crear entornos que sean más propicios para el crecimiento y la integración comercial; el segundo, que existen patrones de reforma, especialmente en relación con el IVA, que han sido seguidos por la mayoría de los países. Las transformaciones se llevaron a cabo en las más variadas circunstancias.
Finalmente, destacamos, en el caso de los regímenes federativos, la necesidad de coordinación y consulta entre las entidades estatales, pero bajo un fuerte liderazgo federal.
¿Por qué Brasil no puede tener éxito, si los países de Europa Central, los excomunistas y los países que solicitaron la integración europea pudieron cambiar sus sistemas tributarios a un estándar global? El compromiso del Legislativo de adecuar el sistema tributario brasileño a los estándares internacionales es fundamental. La complejidad y disfunciones de la normativa vigente comprometen la capacidad de expansión de las empresas y fomentan la informalidad.
El texto de la Cámara contiene avances en la dirección de simplificar el sistema, reducir la inversión y las exportaciones.
También reduce los cargos en la nómina, promueve la sustitución de algunos impuestos federales por el IVA federal y propone el fin de la acumulabilidad.
Simplifica y armoniza el Impuesto a la Circulación de Bienes y Servicios (ICMS) mediante la adopción de una legislación federal única y mejora los mecanismos de utilización de los créditos y garantías tributarias a los contribuyentes.
Pero sabemos que hay puntos que hay que mejorar. Es fundamental acelerar el proceso de transición y agilizar el cronograma de exenciones, para que los beneficios produzcan efectos más inmediatos en la economía. Entre los cambios necesarios se encuentran también la denegación del sistema de “cobro desde adentro” y el establecimiento de una regla que impida el aumento y la creación de impuestos.
Cambiar el sistema tributario es una tarea compleja en cualquier sociedad democrática. Requiere el diálogo y la construcción de entendimientos en torno a los intereses de los distintos segmentos sociales. Los principios de reforma tributaria defendidos por los empresarios fueron avalados en los debates regionales y nacionales promovidos por la CNI a lo largo de 2007 y 2008.
La crisis no es un argumento para posponer la reforma fiscal. Mejoraremos nuestras expectativas y promoveremos cambios estructurales capaces de reducir los impactos de la recesión global. Necesitamos aprovechar la competitividad de las empresas y preparar las bases para un crecimiento económico sostenido.
ARMANDO MONTEIRO NETO es presidente de la Confederación Nacional de Industrias (CNI).