André Franco Montoro Filho: mucho más que inspeccionar fronteras

por ETCO

Autor: André Franco Montoro Filho

Fuente: Folha de S. Paulo - 20/07/2010

En Brasil, la incautación de mercancías de contrabando ha aumentado considerablemente.


 


El saldo publicado por el Departamento de Operaciones Fronterizas del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública de Mato Grosso do Sul muestra este crecimiento. Según su comandante, coronel Joel Martins dos Santos, “el número de ocurrencias que ha ido aumentando considerablemente es el contrabando de cigarrillos y, como novedad, el de neumáticos nuevos y seminuevos”.


 


De igual contenido son los informes de la Policía Federal y la Hacienda Federal en los que se reportan crecientes incautaciones de drogas, como cocaína, hachís y crack, y armas y municiones. Estos informes informan que la mayoría de estos bienes ingresan a Brasil por Paraguay, aunque no se hayan producido allí, y por Bolivia.
Como estos delitos representan un riesgo para la sociedad, deben ser tratados como un tema prioritario en la agenda pública.


 


Por ejemplo, en la industria de los cigarrillos, la investigación de mercado (2009) señala que el 30% de las ventas son de cigarrillos ilegales (35 mil millones). Gran parte proviene de Paraguay, que produce alrededor de 40 mil millones de unidades, un volumen muy superior a la demanda interna, de 3 mil millones. El excedente se desvía a Brasil y otros países de América del Sur.


 


El mayor estímulo a este comercio ilegal es la diferencia significativa en la carga fiscal de los cigarrillos. Mientras que en Brasil esta carga es aproximadamente del 63%, en Paraguay es menos del 10%.


 


Esta disparidad fiscal genera enormes distorsiones de precios. Mientras que el precio promedio de una marca de menor valor en Brasil es de R $ 3, el precio promedio de los productos de contrabando es 50% menor.


 


Es importante señalar que los precios ilegalmente bajos facilitan el acceso de los jóvenes y las clases de ingresos menos favorecidos al producto, yendo en sentido contrario a las políticas públicas del Ministerio de Salud para desalentar el consumo de cigarrillos.
Los consumidores, a su vez, están expuestos a productos de dudosa calidad y procedencia, que ni siquiera cuentan con registro ante la agencia reguladora (Anvisa) y no se encuentran dentro de los estándares de controles exigidos y previstos en la legislación vigente.


 


El trabajo de las autoridades brasileñas en la lucha contra el contrabando es digno de reconocimiento. Sin embargo, nuestra legislación prevé penas bajas para estos delitos, lo que hace que el carácter punitivo pierda su efectividad y que las personas involucradas permanezcan libres y practicando el mismo delito.


 


El problema del contrabando no es una solución trivial. Requiere un esfuerzo conjunto y permanente de todas las autoridades para combatir este crimen. Las inversiones son fundamentales, sobre todo en el área de la inteligencia, porque solo con un mejor conocimiento de cómo se organizan las bandas será posible desmantelar esta industria paralela. Igualmente relevante es la aplicación de penas más estrictas para tales delitos.


 


Finalmente, la demanda por la construcción de agendas bilaterales entre los gobiernos de Brasil con Paraguay y Bolivia es cada día más urgente. La rentabilidad de estas actividades ilegales es mucho mayor que el retorno de las actividades legales, lo que dificulta la represión de la ilegalidad tanto económica como políticamente.


 


El gobierno brasileño puede y debe contribuir a la investigación y desarrollo de opciones económicas rentables que permitan la transferencia de actividades ilegales a actividades legales y el consecuente desánimo a la industria del contrabando. Con eso ganaríamos todos: brasileños, paraguayos y bolivianos.


 


 


André Franco Montoro Filho, doctor en economía de la Universidad de Yale (EE. UU.), Es profesor de la FEA-USP y presidente del Instituto Brasileño de Ética en la Competencia - ETCO. Fue secretario de Economía y Planificación del Estado de São Paulo (gobierno de Mário Covas) y presidente del BNDES (1985 a 1988).


 

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