Índice de economía subterránea (Jornal do Brasil)

por ETCO

Autor: Gabriel Costa

Fuente: Jornal do Brasil, 15/05/2009

La llamada economía sumergida, que abarca no solo el mercado informal, sino también cualquier sector económico que incluya actividades no declaradas al gobierno, creció un 27,6% en Brasil entre diciembre de 2007 y diciembre de 2008, según datos publicados ayer por el Instituto Brasileño. Economía de la Fundação Getulio Vargas (Ibre / FGV) en colaboración con el Instituto Brasileño de Ética en Competencia (Etco). Las empresas legalizadas, que entran en la economía formal, pero evaden impuestos o hacen caso omiso de las normas ambientales, también forman parte de la economía subterránea.

Según el presidente ejecutivo de Etco, André Franco Montoro Filho, el principal factor de crecimiento en el período fue la alta carga impositiva en el país, que lleva a los trabajadores y las empresas a la informalidad. Según los nuevos datos, de la tasa de crecimiento total, el 55,7% se refiere al aumento de la carga fiscal. El economista dice que el problema ya se ha destacado en actualizaciones anteriores del índice, que se ha medido retroactivamente desde 2003, pero se ha confirmado como un problema fundamental en el último período.


- Ahora ya no es una suposición, es una prueba. La economía subterránea, fundamentalmente, se compone de actividades que no están registradas, total o parcialmente, explica. - Esto se debe a que la legalidad tiene un costo, representado en gran parte por la carga tributaria.

En el período de empeoramiento de la crisis económica mundial, de septiembre a diciembre del año pasado, la economía clandestina, como fracción del Producto Interno Bruto (PIB) brasileño, aumentó un 13,6%. En los últimos tres meses de 2007, el crecimiento fue del 3,8%.

Fernando de Holanda Barbosa Filho, uno de los investigadores responsables del estudio, dice que el movimiento de la economía sumergida está estrechamente relacionado con la dirección del mercado formal.


- Los dos lados de la economía interactúan, y cuando el ingreso de la población aumenta, consume más de la economía subterránea y de la economía formal, dice Barbosa.

Si la informalidad y otros sectores incluidos en la clasificación están creciendo a un ritmo consistente con el de la economía formal, se esperaría que el sector no hubiera crecido tan significativamente en el período de crisis. Sin embargo, el experto cree que la economía subterránea no sufrió mucho impacto ya que no dependía del crédito, que fue una de las mayores víctimas de la turbulencia.

Montoro, quien presidió el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) entre 1985 y 1987, también destaca la excesiva burocracia y la rigidez en el mercado laboral como factores que estimulan la economía sumergida.


"Estos datos muestran que el exceso de burocracia fomenta el comercio ilegal, que es mucho más ágil que el mercado formal", dice.

Para el especialista, es necesario que se creen las condiciones para que el comercio legal pueda presentar la misma agilidad. Montoro destaca iniciativas en la línea de Microempresarios Individuales (MEI) y Simples Nacional, o Super Simples, como pasos importantes en este proceso.


El economista también dice que otros factores responsables de estimular la economía subterránea son la percepción de corrupción por parte de la población y las exportaciones del país. Esto se debe a que el sector de exportación tiene muchas regulaciones, lo que dificulta a los agentes que están fuera del alcance del Estado.

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