Autor: André Franco Montoro Filho

Fuente: Veja São Paulo - REVISTA - 16/09/2009

Me gustaría felicitar a VEJA SÃO PAULO por el artículo “Ella no acepta imitaciones” (9 de septiembre), que muestra una cara perversa de la piratería: la de la tolerancia de la sociedad. Las personas no solo consumen estos productos, sino que también ven el delito de adulteración y evasión fiscal como un delito menor, sin darse cuenta de su impacto nocivo en la población. En algunos sectores, el comercio ilegal representa un tercio del mercado y su interior amenaza a segmentos enteros de la economía formal. Hubo un cambio en el perfil de los involucrados en la falsificación: de simples vendedores ambulantes, se convirtieron en miembros de grandes redes del crimen organizado. Los vendedores ambulantes son el eslabón más débil de este esquema creado por mafias que apoyan una estructura comercial paralela. El gobierno brasileño, con la colaboración del Consejo Nacional de Lucha contra la Piratería y los Delitos contra la Propiedad Intelectual (CNCP), vinculado al Ministerio de Justicia, ha estado combatiendo el ingreso de productos ilegales a Brasil a través de acciones de represión lideradas por la Policía Federal y por la Policía Federal de Carreteras. Sin embargo, la inspección por sí sola no es suficiente. La población debe decir no al comercio ilegal. Solo con el compromiso de la sociedad será posible cambiar la imagen que presenta el informe.

André Franco Montoro Filho

Presidente Ejecutivo del Instituto Brasileño de Ética de la Competencia y miembro del Consejo Nacional de Lucha contra la Piratería y los Delitos de Propiedad Intelectual.