Los medicamentos ganan un sistema de falsificación
Fuente: Jornal Nacional - TV - RJ - 02/11/2009
Los medicamentos vendidos en Brasil obtendrán un sistema de seguridad contra las falsificaciones. La tecnología que ya se usa en otros productos permitirá rastrear por dónde han pasado los medicamentos hasta que lleguen al consumidor.
La apariencia por sí sola no es suficiente. Antes de comprar repollo, plátanos, pimientos, ahora la gente del pueblo quiere saber más sobre la finca. En un supermercado de São Paulo, las frutas y verduras tienen un número. Con este tipo de RG, el consumidor puede consultar en Internet dónde se produjeron.
“Somos capaces de entender en qué parte de la cadena puede haber ocurrido una determinada ocurrencia y actuar en ese punto, haciendo posible que el consumidor consuma un producto sin dañar su salud”, dice la directora de alimentación Mariângela Ribeiro. En una industria química, la preocupación es evitar la falsificación y el contrabando. Un sello es la apuesta para revertir pérdidas de 20 millones de dólares al año. La nueva etiqueta antifraude tiene un sello holográfico y un código de barras bidimensional. Con un lector óptico, es posible saber cuándo y dónde se fabricó. "Este cliente tendría entonces la seguridad de saber que ese producto fue elaborado por el fabricante original, de modo que no es el objetivo de comprar un producto falsificado, un producto robado", dice el director de la industria química, Eduardo Leduc. La industria farmacéutica también se basa en este sistema para acabar con el comercio ilegal. En el primer semestre de este año se incautaron 316 toneladas de drogas falsas, siete veces más de lo recolectado en el mismo período de 2008. Varios intentos de combatir el tráfico ilegal de drogas han fracasado. Entre ellos, la “tarjeta de rascar”. Desde 1998, cada medicamento tiene un área que, cuando se raspa, revela la marca del fabricante. E incluso eso fue copiado por los falsificadores. Ahora, una ley determina que a partir de enero de 2010, todos los paquetes salen de fábrica con un código único. Revelará la ubicación del medicamento y el camino que tomó. En la primera fase, las fábricas, distribuidores y farmacias deberán instalar el sistema de seguimiento. Cada vez que la droga cambia de manos, el cambio se registra en una base de datos administrada por el gobierno. Si el consumidor sospecha que ha comprado un medicamento falsificado, puede eliminar rápidamente la duda. La mudanza requerirá una inversión empresarial. Y el gobierno ya advirtió que no permitirá transferencias al consumidor. En 2012, el sistema de seguimiento también identificará al médico que lo recetó y al paciente que compró el medicamento. “Es una información muy valiosa que debe respetarse el secreto y la privacidad del comprador de medicamentos, el paciente y el médico”, dice André Montoro Filho, del Instituto Brasileño de Ética en Competencia.