Casuística económica
Fuente: Gazeta do Povo, 13/07/2009
El problema de ciertas medidas en economía es que se pueden defender e implementar sin sopesar los aspectos negativos. La gestión económica se basa básicamente en un conjunto de normas y medidas en tres áreas principales: política fiscal, política crediticia y política de gasto público. El crecimiento económico depende de que las reglas sean claras, estables y adecuadas para estimular las inversiones y el espíritu emprendedor de la sociedad. Cuando el gobierno cambia las reglas todo el tiempo y dispara en varias direcciones con medidas localizadas en beneficio de unos pocos sectores, bajo el discurso de enfrentar la crisis, el riesgo es siempre terminar produciendo casuística a través de leyes y reglas sin una base conceptual y de un todo que tiene sentido.
Esto es lo que viene sucediendo con la reducción de impuestos a los vehículos, materiales de construcción, alimentos, exportaciones y otros. En determinadas condiciones de crisis, es aceptable que el gobierno pida medidas urgentes para evitar un caos específico. La situación, sin embargo, se agrava cuando la casuística y las medidas excepcionales se dan a gran escala y de manera reiterada, por los efectos negativos que pueden tener sobre la estructura productiva a más largo plazo. Debido a la rebaja fiscal del Impuesto a los Productos Industrializados (IPI) para vehículos, el gobierno de Lula muestra una disposición a cometer el error de transformar medidas extraordinarias en algo ordinario, empobreciendo la lógica estructural de la política económica.
La reducción del IPI en los vehículos contribuyó a evitar una caída en las ventas y, en consecuencia, detuvo la caída en la producción, los ingresos y el empleo. Pero la otra cara es que ninguna medida económica tiene solo efectos a corto plazo y las medidas de esta naturaleza tienen un fuerte componente de injusticia fiscal. Incluso aceptar el argumento de que la cadena de producción de automóviles es muy grande y, por lo tanto, es necesario evitar caídas en las ventas del sector, favorecer a un sector o segmento, sin dar el mismo tratamiento a otros igualmente importantes, es una práctica discrecional eso debe evitarse tanto como sea posible.
Otro aspecto del tema proviene de la información de las autoridades de que la exención fiscal con exenciones y reducciones de impuestos estará entre R $ 15 mil millones y R $ 20 mil millones en el año. Para un gobierno que ha exagerado el gasto en maquinaria pública, la pérdida de ingresos aumentará el déficit, hará que la deuda estatal crezca y el problema podría estallar aún más en forma de más inflación y / o tasas de interés más altas. No hubo gran oposición a las medidas oficiales, pero es importante recordar que las medidas de política económica tienen una consecuencia financiera, social y ética, y es razonable esperar que haya una discusión inteligente y con base teórica, para que la sociedad sepa que cualquier cosecha a corto plazo plazo puede representar ciertas cargas en el futuro.
Abusar de la casuística económica es peligroso para cualquier país y es casi inaceptable en los países desarrollados, especialmente porque hace que las reglas sean inestables y discrecionales, lo que socava fatalmente las inversiones, desalienta el espíritu empresarial y crea privilegios sectoriales. Que estas medidas sean pocas y breves, ya que el riesgo es que el país se acostumbre a ellas y acabe manteniéndolas cuando se restablezca la normalidad.