El crecimiento abre espacio para reformas
Autor: Paulo Godoy.
Fuente: Folha de S. Paulo, 29/11/2007
Se espera que la economía brasileña crezca por encima del 4,5% este año. Después de casi 20 años de ajustes macro y microeconómicos, Brasil puede dejar de mirar hacia atrás y mirar hacia el futuro, construyendo una base para mantener el crecimiento en un eventual escenario desfavorable.
Brasil simplemente ya no crece porque está atado a estructuras y reglas que se han vuelto obsoletas ante la creciente velocidad de las demandas sociales y el mundo de los negocios.
Por esta razón, las reformas estructurales, principalmente fiscales, laborales y políticas, y también administrativas, en los sistemas de licencias ambientales y de contratación pública, son urgentes. Los buenos números de la economía deberían utilizarse para emprenderlos, ya que los cambios de este tamaño no se realizan en tiempos de crisis, sino en tiempos de calma.
Las reformas son importantes para aumentar los niveles de inversión con el fin de ampliar la capacidad industrial y la infraestructura, mejorar la gestión del gasto público y proporcionar mejores condiciones para ampliar la actividad productiva.
La discusión en torno a la renovación del CPMF (Contribución Provisional sobre Transacciones Financieras) obliga a reanudar el debate sobre la reforma fiscal, que, además de reducir la carga de impuestos, tasas y contribuciones, necesita simplificar el sistema y reducir la carga fiscal. todo lo que las empresas y las personas necesitan gastar para mantenerse al día con las obligaciones fiscales. Cualquier plan fuera de estas pautas puede resultar en un parche, y no exactamente una renovación. Este movimiento debe ocurrir simultáneamente con la mejora del gasto público. El gasto se reduce por un lado, el impuesto se reduce por el otro.
La reforma política es otra urgencia, sin la cual puede no haber un entorno institucional para privilegiar las necesidades del país. Sería esencial establecer mecanismos para garantizar la lealtad del partido, una cláusula de barrera efectiva y el voto del distrito; esto incluso puede cambiar la forma de hacer política en Brasil, ya que acerca a los votantes a los elegidos y reduce el costo de las campañas.
En las relaciones laborales, la alta informalidad prevaleciente exige una reforma laboral. La modernización de las reglas entre jefe y empleado se ha vuelto fundamental ante los cambios sociales, económicos y tecnológicos que se han producido en las últimas décadas. Es aconsejable flexibilizar las reglas y hacer que el costo de la contratación sea más justo, ya que la legislación actual, en la práctica, empuja a la mitad de la población económicamente activa al mercado informal y establece una protección virtual.
Entre las reformas administrativas, las reglas de licitación se pueden mejorar para proporcionar más seguridad en la contratación. En materia de licencias ambientales, el Estado aún no ha logrado garantizar las condiciones para que sea un objetivo, y no un obstáculo, para las inversiones.
Se recomienda reorganizar, estandarizar y optimizar los procedimientos inherentes al proceso ambiental, lo que hace que cualquier proceso de licencia sea un viaje impredecible.
La agenda es compleja, pero necesaria. Depende de todos emprenderlo, pero principalmente del Estado, que tiene el poder de hacerlo. Estas reformas ya no pueden parchearse, como algunas de las que han tenido lugar en los últimos años. El desarrollo económico y social depende de ellos a un mayor ritmo e intensidad.
PAULO GODOY, administrador de negocios, es presidente de Abdib (Asociación Brasileña de Infraestructura e Industrias Básicas).