Era de inspección digital
Autor: Xavier Sabadell y Luis Reis
Fuente: Guía Rio Claro - SP - 29/07/2009
En los últimos 12 meses, tuvimos la oportunidad de discutir con más de 200 empresas, multinacionales, nacionales y de los más variados segmentos de negocios, los caminos tomados para cumplir con los requisitos exigidos por SPED (factura electrónica, contabilidad fiscal digital y contabilidad digital).
En esta experiencia muy rica, desde el punto de vista de conocer las preocupaciones de las organizaciones sobre el tema, pudimos deducir, en primera instancia, que el mercado en general estaba bastante confundido en relación con la profundidad de los cambios e impactos en sus negocios que el nuevo hito marco regulatorio traerá.
En general, de cada tres empresas contactadas, dos entendieron que este era un tema puramente relacionado con la tecnología de la información y que la simple implementación de algún módulo sistémico resolvería el problema.
Independientemente de esta comprensión preliminar, observamos que las empresas han enfrentado este desafío, y se ha hecho mucho para garantizar la implementación de los requisitos técnicos exigidos por SPED dentro de los plazos definidos en el cronograma fiscal.
En la dimensión de tecnología de la información, en la que se hicieron los mayores esfuerzos, se implementaron nuevos sistemas tributarios, se personalizaron nuevos campos, se crearon nuevas interfaces, entre otros logros relacionados con la infraestructura tecnológica.
En relación con la dimensión de los procesos y, en particular, el registro de proveedores, productos y clientes, los cambios fueron menos exhaustivos y se centraron en el servicio directo a los nuevos campos y diseños de la información fiscal y contable requerida por las autoridades fiscales.
Entre las muchas novedades, incertidumbres y diversas interpretaciones sobre el tema, los años 2008 y principios de 2009 se destacaron, principalmente, por la maduración del mercado en relación con SPED y por la movilización efectiva para su solución, es decir, aproximadamente 2/3 de las compañías obligadas a asistir a SPED, en este primer ciclo, de alguna manera, hicieron su tarea, superando este primer desafío. Por otro lado, todavía queda alrededor del 30% para ajustar.
Este primer ciclo de adaptación a SPED se consolidará en septiembre, cuando los archivos fiscales de SPED para los meses de enero a agosto de este año se transmitirán por primera vez.
La extensión del plazo para la entrega del SPED fiscal a septiembre de 2009 demuestra que, de hecho, las empresas enfrentan dificultades para adaptarse a esta nueva realidad. En cualquier caso, a partir de septiembre de 2009, cuando el SPED fiscal esté vigente, mucha información que nunca se ha revelado sobre las operaciones de las compañías estará disponible desde el punto de vista analítico fiscal.
Es interesante notar que, después de un año de arduo trabajo y aprendizaje, comienzan a surgir pensamientos y reflexiones sobre los desafíos que aún están por venir después de la implementación de SPED. De hecho, la introducción del nuevo estándar en el mundo corporativo representará un cambio radical en el paradigma de inspección y transformará la relación entre las autoridades fiscales y las organizaciones.
De ahora en adelante, viviremos un modelo mucho más efectivo con acceso a un volumen a menudo mayor de datos operativos y fiscales, en línea y de forma permanente, permitiendo múltiples verificaciones cruzadas para verificar la idoneidad de los procedimientos fiscales, contables y de recaudación de impuestos. .
Por lo tanto, este nuevo modelo de inspección, hecho posible por la introducción de SPED, brindará a las organizaciones un nivel de exposición mucho más alto que el actual, principalmente en un escenario, ya probado, de una caída en la recaudación de impuestos como resultado de la crisis económica mundial, que también se refleja en Brasil con la caída de la actividad económica.
La calidad de la información transaccional se convertirá en el principal riesgo a mitigar. Las empresas, para garantizar la calidad de los datos que se enviarán a las Autoridades Tributarias, necesariamente deben visitar su operación y realizar cambios significativos en la cultura, los sistemas, la estructura organizacional, los procesos y procedimientos y la capacitación de sus profesionales.
Así, podrá reducir la exposición fiscal y, en consecuencia, eliminar las pérdidas financieras derivadas de las evaluaciones aplicadas por las Autoridades Tributarias o por la adopción de procedimientos fiscales y contables inadecuados. Además de provocar la necesidad de cambios en toda la cadena de valor de las empresas y los procesos de evaluación fiscal, las organizaciones también deben prestar atención a la correcta integración con la cadena de valor de sus principales clientes y proveedores con el fin de asegurar el “cumplimiento tributario” ya que el origen de la información, principalmente debido a la NF-e.
Está claro que este nuevo estándar de inspección digital exigirá cambios más profundos y complejos para abordar los viejos problemas estructurales existentes en la gestión fiscal de las empresas que hasta ahora nunca se habían abordado en el origen de su causa.
De hecho, esta reflexión nos lleva a entender SPED como una gran oportunidad para el desarrollo de nuevos modelos sostenibles de gestión fiscal que pueden hacer que el área de impuestos corporativos ya no sea un mero centro de gastos, sino un resultados. Después de todo, administrar correctamente la alta carga impositiva de una empresa es una inversión que tiene mucho sentido desde un punto de vista competitivo.
* Xavier Sabadell y Luis Reis son socios de PricewaterhouseCoopers - Brasil y especialistas en gestión de procesos y en el área fiscal, respectivamente.