Hecho para no hacer
Fuente: Jornal do Commercio Brasil - RJ, 08/04/2009
Se pueden hacer varias críticas al PAC. Pero es la herramienta más valiosa de la política anticíclica, que interesa a todos. La principal causa del retraso en su implementación es la camisa de fuerza institucional que representan las normas que regulan el suministro de bienes y servicios al Estado, como es el caso de la ejecución de obras públicas. El exagerado rigor de las normas se aplica desde la selección del proveedor, pasa por la contratación y otros pasos, hasta la recepción de las facturas por parte del ejecutor. Sin embargo, tal rigor no ha evitado la corrupción.
La densa red de requisitos está formada por aspectos burocrático-legales y ambientales que van más allá de los estándares utilizados en los países desarrollados, lo que implica costos que a veces son absurdos. Por otro lado, la falta de definiciones claras del reglamento prevé intervenciones arbitrarias y paralizantes por parte de los tribunales de cuentas, ministerios públicos, además de la inspección del contratista, encareciendo todo.
Esto se deriva, en primer lugar, de las imperfecciones de la Ley 8666/93, un avance en el momento de su edición, pero que ya nació con muchos defectos. En segundo lugar, a estos se sumaron otros requisitos de diferentes organismos: cumplimiento de impuestos, certificaciones, etc. En tercer lugar, es necesario observar reglas exquisitas de HSE (salud ocupacional, medio ambiente y seguridad), que fueron editadas con el tiempo por la tecnocracia, sin una evaluación cuidadosa de su necesidad real en un país pobre.
Burocracia. Así, se creó una barrera burocrática, que es muy costosa de superar para el contribuyente. Por otro lado, la licencia ambiental de las obras requiere un largo tiempo para la aprobación de estudios e informes de impacto ambiental (EIA / RIMA), además de realizar audiencias públicas con la presencia de diversos órganos y representantes de la comunidad. Solo después de la discusión y aprobación del EIA / RIMA se emitirá la Licencia Preliminar para la ejecución de la obra, normalmente con una larga lista de requisitos, regulada por la Licencia de Instalación de Equipos (social, vial, sanitario, etc.). A menudo, son medidas atenuantes y compensatorias de los efectos del trabajo, que también gravan a la empresa. Y finalmente, si se cumplen todos, se emite una Licencia de Operación que permite a la población utilizar el equipo.
La obtención de licencias puede convertirse en una vía crucis, ya que las agencias ambientales no cuentan con personal técnico en cantidad y calidad suficientes. Los plazos para la emisión de una licencia en el Estado de Río de Janeiro, por ejemplo, pueden variar de 60 a 360 días, dependiendo de la complejidad de la obra.
Varios movimientos resultan de todo esto para escapar de las exageradas restricciones. Los administradores tratan de caracterizar la compra del gobierno como uno de los casos de exención de licitación (inaplicabilidad, especialización notoria, etc.), porque saben que una competencia muy exitosa tarda al menos de seis meses a un año en completarse. Los proveedores, en cambio, cambian sucesivamente el nombre de la empresa para facilitar la obtención de certificados negativos.
Finalmente, la burocracia se ha convertido en el principal problema a resolver en las obras de ingeniería. Más que cobrar a la justicia por castigar a los responsables de los fraudes cometidos, la histeria contra la corrupción hace que se creen nuevas reglas. Estos no han representado una mejora en el control de la calidad del gasto público. Sólo sirven como obstáculos para que el administrador público honesto lleve a cabo los proyectos. O, si hay funcionarios públicos deshonestos, estos sirven para aumentar el valor de las tasas de matrícula.
Sería necesario revivir el espíritu de Hélio Beltrão, simplificar las cosas y hacer realidad el PAC y el programa de vivienda para recién nacidos.