Piratería: la pérdida de la colección alcanza R $ 32 mil millones
Fuente: Diário de Pernambuco - Economía - 16/04/2010
El consumo de productos pirateados genera en Brasil alrededor de US $ 45 mil millones (R $ 78,3 mil millones) por año. Una pérdida de US $ 18,6 mil millones (R $ 32,3 mil millones) en recaudación de impuestos, sustraídos de las arcas federales, estatales y municipales. Estos son datos de la encuesta realizada por Ibope a solicitud de la Asociación Nacional para la Garantía de los Derechos de Autor (Angardi). Con el dinero perdido por las vías de evasión, se pudo construir la Refinería Abreu e Lima (presupuestada en R $ 22 mil millones), el Ferrocarril Transnordestina (presupuestado en R $ 7,8 mil millones), para realizar el saneamiento básico en los municipios. Y todavía queda dinero.
Curiosamente, el 90% de los encuestados en la encuesta de Gemepe / Fafire reconocen que vender estos productos es un delito, pero siguen comprando. ¿Desinformación o apuesta por la impunidad? La abogada Camila Rodrigues, especialista en derechos de autor, de la oficina de Queiroz Cavalcanti, dice que cuando el consumidor compra o utiliza una obra por infracción de derechos de autor, se le considera responsable. "Cuando compras un producto falsificado obtienes una ganancia o ventaja, pero es difícil inspeccionar las casas de las personas", dice. Recuerda que existen castigos para el criador y el distribuidor, pero no para el consumidor.
Para combatir la piratería, el Consejo Nacional de Lucha contra la Piratería (CNCP), organismo vinculado al Ministerio de Justicia, elaboró un plan de acción destinado a reducir el comercio de productos ilícitos en el país. La primera línea de acción es la represión del comercio ilegal, mediante la creación de divisiones para reprimir el contrabando y la malversación de fondos en los departamentos de la Policía Federal y la Policía Federal de Carreteras. También se propondrá crear grupos de trabajo estatales para involucrar a los estados en la lucha contra la piratería.
Otro trípode del plan es la educación. La idea es lanzar una campaña mediática cuyo título es Lo barato sale caro, para concienciar a la población de los efectos nocivos del consumo de productos pirateados. Desde el punto de vista económico, la CNPC propone una alianza entre el gobierno y el sector productivo para ofrecer alternativas para reducir los precios de los productos objetivo de la piratería. Una forma de convencer al consumidor por el bolsillo.