Un supermercado del crimen

por ETCO

Autor: Carolina Vincentin

Fuente: Jornal do Brasil, 21/01/2008

Brasilia

Quién nunca ha ido a una feria a tirar la primera piedra. Pocos son los que no se dejan seducir por un precio atractivo o ese descuento de la venta sin factura. Incluso es comprensible: todos quieren aprovechar, tener acceso a productos que son nuevos y, a menudo, no se ajustan al presupuesto. Sin embargo, la compra de un humectante inofensivo o una cámara en ferias populares puede estar vinculada a delitos como el contrabando, la evasión de impuestos, la evasión de divisas e incluso el tráfico de drogas.

El problema con este tipo de comercio comienza con la relación entre los comercializadores y el espacio que ocupan. Como es una ubicación proporcionada por el gobierno, las cajas deben ser para uso exclusivo de personas que se hayan ganado el derecho a estar allí. Pero, según el delegado de la Orden de Delitos Contra Impuestos del Distrito Federal (DOT), Kléber da Silva Júnior, muchos acaban alquilando el banco a terceros.

- Con esta situación, la mayoría de los comercializadores no se inscriben en el registro fiscal. Cambian el dueño de la caja todo el tiempo, como una forma de no pagar el ISS y el ICMS, impuestos que gravan la venta de productos - detalla.

En 2007, el DOT llevó a cabo tres operaciones importantes en las ferias de Brasilia, en alianza con el Servicio de Impuestos Federales y la Comisaría de Fraude y Falsificación (DEF). Kléber estima que se incautaron bienes por valor de 30 millones de reales sin factura. El delegado, sin embargo, admite que las ferias son espacios donde la policía tiene alguna dificultad para actuar.

- Es un ruedo vallado, con gran circulación de personas. Siempre que hay una operación, los especialistas en marketing pueden movilizar a mil personas en un segundo, dice.

La punta del iceberg


La delegada jefa de la DEF, Vera Lúcia da Silva, dice que la venta de productos falsificados, evadidos o de contrabando es solo un aspecto del problema en las ferias. Vera Lúcia señala que el movimiento financiero es muy amplio y, contrario a lo que muchos piensan, no involucra el trabajo de gente humilde.

- No hay forma de ser trabajador sin otra alternativa en la vida. Quien se involucra en este esquema está arriesgando, apostando a la piratería - señala.

Para el delegado, no se aplica la justificación de que el comercializador realiza una actividad honesta. Vera Lúcia cree que la demanda de productos falsificados es muy alta y la represión no es suficiente para atender todas las áreas del comercio. Incluso es común que la población se rebele con la policía durante las operaciones de inspección y decomiso.

- La gente debe darse cuenta de que quien está detrás de todo no es un empresario normal. Por lo general, son traficantes que quieren diversificar sus inversiones. Una persona adecuada no sacará dinero de los ahorros para montar un laboratorio de falsificación de CD y DVD, ejemplifica.

Sin castigo


Otra dificultad, explica Vera Lúcia, es mantener en la cárcel a las personas detenidas. La policía solo puede procesar a los vendedores por infracción de derechos de autor, un delito que conlleva una pena de dos a cuatro años de prisión. A veces, la persona involucrada también podría ser acusada de un delito contra la propiedad de una marca registrada. Sin embargo, este delito solo se caracteriza si la empresa víctima emprende acciones legales. Marcas como Puma, Nike y Louis Vitton ya han presentado una demanda.

Según el delegado jefe de la DEF, el problema de la piratería solo se solucionará cuando el castigo sea mayor. Pero, para eso, es necesario cambiar la legislación penal

- Nadie se queda en la cárcel, ni siquiera un asesino. El criminal, el primer imputado, con un buen abogado, siempre obtiene una serie de beneficios - agregó.