El contrabando no respeta fronteras y afecta hasta el 2% del PIB de AL

por ETCO
19/10/2016

Edson Vismona (*)

El comercio ilícito afecta directamente la recaudación de impuestos, el desarrollo de políticas públicas, la salud del consumidor y la creación de empleo. Sin embargo, la situación es aún más grave, ya que también nos ocupamos de la seguridad nacional, ya que el crimen organizado, que se alimenta del contrabando, domina las regiones fronterizas de Brasil y otros países de América Latina.

Como tal, el contrabando ya no es solo una preocupación local y ha adquirido una dimensión regional-continental. Se estima que cada año América Latina pierde entre 0,9% y 2% de su PIB debido al comercio ilegal. Para tratar de encontrar alternativas en la lucha contra estos actos ilícitos, el Alianza Latinoamericana Contra el Contrabando, que se compone de 15 países: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.

La primera reunión de la Alianza se realizó a principios de octubre en Bogotá, la capital de Colombia. Representantes de gobiernos, asociaciones civiles, empresas y sindicatos en los países miembros se reunieron para discutir y establecer acciones compartidas que permitan un mayor control sobre el comercio ilegal de cigarrillos, textiles, bebidas, alimentos, plásticos y metales.

Con base en las discusiones, se formalizará y presentará un plan de acción contra el comercio ilícito, teniendo en cuenta varias propuestas evaluadas en la reunión, durante la 25 Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, que se celebrará en Cartagena, Colombia, el 28. y 29 de octubre.

 Hoy, el contrabando de cigarrillos es uno de los problemas más serios, y Brasil es uno de los más afectados por este mercado ilícito. Para tener una idea del alcance del problema, en Brasil, el 30% del mercado de cigarrillos está dominado por marcas de Paraguay que ingresan al país sin pagar impuestos, sin generar empleos y sin respetar las normas de vigilancia de la salud. Solo en 2015, este volumen representó una evasión fiscal de R $ 4,9 mil millones a las arcas públicas, un monto que podría haberse invertido en áreas como salud, seguridad, vivienda o incluso otras políticas públicas.

Vale la pena recordar que una de las principales causas del aumento del contrabando es la sorprendente diferencia que existe entre los precios de los productos, el resultado de políticas fiscales absolutamente desiguales entre países. Mientras que en Paraguay los cigarrillos pagan impuestos que no superan el 16%, en Brasil este porcentaje puede alcanzar más del 80%. En otras palabras, cuanto mayor es la carga tributaria sobre los productos nacionales, más competitivos se vuelven, que son ilegales, y más sufre la población por el aumento de la delincuencia y el tráfico de drogas y armas.

Para tratar de revertir este escenario, una de las medidas propuestas durante el taller de la Alianza fue establecer la cooperación entre países para una calibración tributaria conjunta. Este movimiento es esencial para combatir el comercio ilícito de varios productos y puede tener efectos significativos en la reducción de la enorme ventaja competitiva que los contrabandistas tienen sobre las industrias legalmente establecidas.

Otra causa que debe abordarse es el suministro masivo de productos ilegales. En el caso de Brasil y otros países latinoamericanos, hay una escasez de agentes, además de una infraestructura inadecuada en todas las plazas y estaciones, para inhibir la entrada y distribución de estos productos que se mueven libremente a través de las regiones fronterizas. Es necesaria una articulación inteligente entre países, con un intercambio de información en línea y también con acciones estructuradas para controlar las zonas de libre comercio y los regímenes aduaneros.

Al participar en la iniciativa de la Alianza Latinoamericana contra el Contrabando, identificamos una oportunidad para que los países involucrados, incluido Brasil, encuentren formas comunes de combatir las actividades ilegales, que no respetan las fronteras, los gobiernos y las autoridades policiales. Sin un trabajo coordinado, con inteligencia y cooperación mutua, difícilmente podremos superar este gran desafío transnacional.

(*) Artículo publicado en UOL el 17/10

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