Los problemas no pertenecen a otros.
No es noticia que el uso de productos pirateados, además de violar los derechos de autor de sus propietarios, actúe contra el crecimiento económico y la prosperidad del país. En Brasil, el 50% de los programas informáticos instalados están pirateados, según un estudio de BSA The Software Alliance. Esta actividad impide el crecimiento del mercado y, en consecuencia, la generación de nuevos empleos; Además, la evasión fiscal genera una competencia desleal, ya que estos productos no regulados implican invariablemente el precio de la oferta y, por lo tanto, la captura fraudulenta de los clientes.
Otro problema grave se debe a la exposición vulnerable que enfrentan los usuarios debido a la falta de seguridad e inestabilidad de estos servicios que amenazan la integridad y el buen funcionamiento de los sistemas, que no ofrecen garantías, mejoras o soporte técnico calificado para el usuario.
Es en este escenario que las empresas deben estar cada vez más atentas a la gestión del software de su organización. El outsourcing, o outsourcing, es una realidad cada vez más común, el resultado de un mercado de TI acalorado que, según los datos de IDC, se espera que crezca un 9% en 2014. Por lo tanto, un número creciente de empresas se han especializado en proporcionar de servicios de outsourcing de TI, que se ofrece como una oportunidad de negocio relevante. Sin embargo, se deben observar algunas precauciones para que el desempeño en este segmento del mercado y el crecimiento obtenido por las empresas de Outsourcing se mantengan legalmente.
¿Pero por qué molestarse?
Es necesario estar alerta con los productos y servicios puestos a disposición del mercado de sus terceros, especialmente cuando se trata de programas con licencia adecuada, porque de acuerdo con la Ley 9609/98 (art. 2, § 5) y las normas ISO de seguridad de la información, regulado en las normas 27001 y 27002, el cliente debe controlar de cerca cómo se proporciona el servicio y no puede mantener un comportamiento pasivo o silencioso en relación con el contenido de Outsourcing, de modo que no esté sujeto a riesgos legales derivados de esta relación. Sí, es responsabilidad de cada cliente administrar este software, ya sean empresas o el consumidor final.
Los acuerdos de licencia de software generalmente hacen que sea imposible transferir el programa a terceros (sublicencia, asignación, donación, arrendamiento, préstamo, etc.), por lo que es esencial que las empresas de Outsourcing se aseguren de este derecho de uso y busquen con su proveedor soluciones que observan una modalidad más adecuada para el negocio de cada cliente. Cada compañía, a su vez, necesita analizar mínimamente sus contratos de servicio, para que no corra el riesgo de ser castigada por el mal uso de la propiedad intelectual.
La tendencia a adoptar este tipo de prestación de servicios tiende a crecer, así como la disminución en el uso de software pirateado. Conocer las normas y las adopciones legales ayudará no solo a regularizar los entornos de TI, sino también a aumentar la competencia leal, impactando positivamente en la economía del país.
El Dr. Manoel Antônio dos Santos es Director Legal en ABES