"Las autoridades fiscales y los contribuyentes no son cifras contrarias"
El juez federal Paulo César Conrado advierte sobre la necesidad de una postura más cooperativa entre las autoridades fiscales, los contribuyentes y el poder judicial como la principal forma de evitar la propagación de litigios.
Doctor en Derecho Tributario por la Pontificia Universidad Católica de São Paulo (PUC-SP) y profesor del Máster Profesional en la Facultad de Derecho de la Fundación Getulio Vargas (FGV), donde es uno de los coordinadores del Centro de Estudios Tributarios (NEF), el juez federal. Paulo César Conrado critica la postura intransigente que las partes involucradas en litigios fiscales (autoridades fiscales, contribuyentes y el poder judicial) a menudo adoptan para tratar de resolver sus propios problemas.
Defiende la creación de tribunales fiscales para procesar y juzgar las demandas relacionadas con el tema, lo que proporcionaría ventajas como la reducción de los pasos y la especialización del juez. "Hoy en día, las causas impositivas extremadamente relevantes desde un punto de vista económico conviven con causas de valor insignificante y eso debería procesarse y juzgarse en otro entorno", evalúa.
Lo siguiente es su punto de vista sobre litigios.
Avances significativos
Los litigios judiciales han evolucionado mucho en comparación con lo que experimentamos hace tres décadas. Las numerosas reformas que el anterior Código de Procedimiento Civil (CPC) aprobó en la década de 1990, la Enmienda Constitucional 45 de la Reforma Judicial y, más recientemente, el advenimiento del CPC 2015, fueron eventos que sirvieron, por un lado , exponer las debilidades del sistema procesal y, por otro lado, intensificar la búsqueda de soluciones. Todavía estamos muy lejos del ideal, pero ya hay suficiente masa crítica sobre la necesidad de estabilidad, seguridad, lo que exige la mejora urgente de los instrumentos destinados a este resultado. En este punto, se destacan cifras como las apelaciones repetitivas procesadas en los tribunales superiores.
filtro administrativo
El punto más crítico parece estar hoy en litigio administrativo, que ha sido blanco de una intensa crisis institucional en los últimos años, que terminó debilitando su desempeño. Esto es muy preocupante, ya que, en mi opinión, el litigio administrativo tiene un papel fundamental para el sistema procesal tributario: el de filtrar problemas que pueden (o podrían) resolverse independientemente del Poder Judicial. Si los órganos administrativos que juzgan no están imbuidos de este espíritu, su desempeño corre el riesgo de convertirse en un protocolo.
Espíritu cooperativo
Las autoridades fiscales y los contribuyentes no pueden verse a sí mismos como figuras opuestas, sino que se complementan entre sí. El litigio fiscal surge principalmente de la falta de una postura cooperativa. Es el resultado de la intransigencia de sus actores, muy interesados en resolver sus propios problemas. Las autoridades fiscales, los contribuyentes y el poder judicial han pasado las últimas décadas tratando de hacer que prevalezcan sus deseos: el de recaudar, en el caso de las autoridades fiscales; permanecer libre de actividad fiscal, de los contribuyentes; y para reducir su colección, del poder judicial. Todos los reclamos legítimos, pero deben coexistir y no ser cancelados.
Es evidente que en un sistema tributario tan complejo, especialmente con respecto a los deberes instrumentales, hay espacio para litigios intensos. Aun así, creo que este ambiente de beligerancia histórica sigue siendo la causa principal del gigantismo de nuestro litigio. Tanto es así que, con base en iniciativas dignas de elogio tomadas a nivel federal, especialmente con respecto a la Oficina del Tesoro Nacional (PGFN) del Procurador General, como cuando comenzó a usar instrumentos como la transacción y el negocio legal procesal, El número de casos asumió una clara tendencia a la baja.
De todos modos, simplificar el sistema ayudaría mucho en la construcción de un litigio más resuelto y menos beligerante.
Habilidades redefinidas
Hemos recorrido un largo camino en términos normativos. Necesitamos hacer realidad, en la práctica judicial, ideas establecidas por ley, especialmente en el CPC 2015. Vale la pena mencionar, en este sentido, la mejora pragmática del sistema para juzgar los problemas afectados en los tribunales superiores, algo que depende muy poco de los ajustes legales, mucho más. administración. El único aspecto propiamente normativo que, creo, podría resolver muchos problemas en el litigio tributario está relacionado con el plan de competencia.
El Poder Judicial, especialmente el Federal, hoy experimenta una verdadera paradoja al respecto. Las causas fiscales extremadamente relevantes desde un punto de vista económico coexisten con causas de valor insignificante y que deben ser procesadas y juzgadas en otro entorno, como el de los tribunales. Este es el caso, por ejemplo, con una gran parte de las ejecuciones hipotecarias relacionadas con las deudas de profesionales con sus respectivos consejos de clase.
La creación de tribunales tributarios, donde todas las reclamaciones relacionadas con el asunto serían procesadas y juzgadas, sin importar si están relacionadas con la recaudación o la defensa, sería un gran paso, ya que reduciría las complejidades y permitiría la especialización del juez. Sin complicaciones la red de instrumentos utilizados hoy: declaratoria, seguida de anulación, seguida de ejecución, seguida de embargos, etc. - el número de casos ciertamente se reduciría.