Ciudad ética

Por: Gustavo Ungaro*

En este inmenso y inmundo lodo de la crisis ética nacional, ¿cómo es que la juventud está viendo la ética de hoy? ¿Cuáles son las conductas consideradas contrarias al interés de la comunidad, cómo se perciben las conductas y cómo son las expectativas de quienes están entrando en la madurez? ¿Y qué se entiende por ética ”en tiempos de modernidad líquida y posverdad?

La interesante encuesta Datafolha realizada por el Instituto ETCO acaba de recibir las respuestas de más de mil brasileños entre las edades de 14 y 24 años: para ellos, la ética significa respeto por los demás (22%), ser cortés (12%), actuar con conducta moral ( 5%), buen carácter (4%) y honestidad (4%). El resultado recuerda el sentido de los viejos brocardos legales presentes en los cursos de Derecho, recitados en latín: alterum no laedere (sin dañar al otro), vivir honestamente (vive honestamente) suunn cuique tribuere (dar a cada uno lo que le corresponde).

El 90% de los jóvenes considera que la sociedad brasileña no es ética o no es ética: el 74% considera que sus amigos no son éticos o no éticos; El 57% considera que su propia familia no es ética o no es ética, y el mismo porcentaje, el 57%, se considera poco ético o no ético.

Sobre las profesiones más asociadas con la ética, emergen los bomberos y los maestros, y los políticos calculan la conducta más distante de la valorada.

¿Y qué podemos hacer para que la sociedad brasileña sea más ética? Las respuestas más repetidas fueron hablar sobre ética con amigos y familiares, comprender lo que es público y el interés de todos, pensar más en los demás y no solo en sus propios intereses.

Para estimular la reflexión sobre las consecuencias del comportamiento humano y la importancia de guiar los principios y valores, el sitio web acaba de ser lanzado, con el apoyo del Defensor del Pueblo General y el Secretario de Educación, www.eticaparajovens.com.br, con sugerencias de actividades prácticas para llevar a cabo en las aulas, con el fin de estimular la reflexión, el debate y la acción, con el fin de contribuir a que cada uno pueda ser el cambio que le espera al otro, transformando la realidad y conduciendo, cada uno dentro de su alcance de acción.

Otro mundo posible, en un futuro que quiere estar cerca.

 

(*) Gustavo Ungaro es el Defensor del Pueblo del Estado de São Paulo