por Roberto Abdenur
La evasión fiscal es uno de los factores que más compromete el desarrollo de una economía, especialmente cuando se trata de la economía de un país emergente, como Brasil. Los evasores de impuestos utilizan todo tipo de justificaciones, desde la alta carga impositiva, pasando por los pasos complejos para pagar impuestos, hasta la corrupción entre los responsables del destino del impuesto.
Aunque total o parcialmente cierto, en la gran mayoría de los casos, estas justificaciones terminan siendo utilizadas más como pretextos para una práctica que ha estado erosionando la salud de la economía nacional: la competencia desleal. Para enfrentar el problema, las mega operaciones se llevan a cabo ocasionalmente. En agosto, por ejemplo, la Policía Federal llevó a cabo una de estas iniciativas, con acciones coordinadas en el Distrito Federal y en 17 estados. El objetivo era recuperar R $ 1 mil millones en impuestos desviados de las arcas públicas. La operación fue apoyada por el Servicio de Impuestos Federales y el Ministerio Público.
Estas operaciones son muy importantes, ya que son parte del esfuerzo de inspección. Pero la prevención también es esencial para evitar la evasión fiscal.
En este caso, la tecnología puede ayudar. Especialmente cuando proporciona los recursos necesarios para el seguimiento del producto, desde la producción hasta la venta al consumidor. Se han desarrollado mecanismos para rastrear y controlar productos en iniciativas de empresas e instituciones de la sociedad civil que cuentan con la colaboración de las unidades de la Unión y la Federación.
Dos sistemas han tenido buenos resultados: el Sistema de Control de Producción de Bebidas (Sicobe) y el Sistema de Control y Seguimiento de Producción de Cigarrillos (Scorpios). Estos son dos sectores de la economía que están muy bien organizados, pero que a menudo sufren una competencia desleal porque están en la mira de algunos productores ansiosos por obtener ventajas competitivas a través de la evasión fiscal.
Existe otro mecanismo que debería ayudar mucho a los Estados a combatir la evasión fiscal. Resultado de un esfuerzo conjunto entre el gobierno de Bahía y ETCO, el BI NF-e debería consolidarse como un gran aliado en esta lucha. Su adopción inmediata por parte de 14 departamentos de finanzas estatales debería agregarse a la rápida adhesión de los otros estados de la Federación, en un movimiento similar al que ocurrió con la Factura Electrónica.
Con la implementación de los instrumentos antes mencionados, todos ganan. El gobierno, en todas sus esferas, tiene más recursos para aplicar a las mejoras sociales; la iniciativa privada, que ahora tiene condiciones de mercado más equitativas, y la sociedad en general, que puede consumir productos de calidad probados y aprobados, desde su fabricación hasta el punto de venta.
Roberto Abdenur es presidente de ETCO