La escalada de la carga fiscal.
Fuente: O Estado de S. Paulo, 23/08/2007
El mismo día que se reveló que la carga tributaria pasó de 31,86% del PIB en 2002 a 34,23% en 2006, el ministro de Hacienda, Guido Mantega, ante la pregunta del periodista estatal sobre si El gobierno estaba considerando medidas de ajuste fiscal para prevenir los efectos de la crisis financiera internacional -, respondió que una retracción del gasto público y la inversión conduciría a una desaceleración de la actividad económica y comentó que eso sería “precisamente lo que no se debe hacer”.
Este es un razonamiento de desarrollo primario que no tiene en cuenta que la reducción de la carga tributaria tiene el efecto no solo de aumentar la capacidad de inversión del sector privado, sino también de la demanda interna y la competitividad de los exportadores brasileños en el mercado internacional. Pero parece que el Ministro de Finanzas quiere preservar la triste tendencia de los impuestos sobre los productos a participar con un 16,2% en la formación del PIB, y parece ignorar que un alivio de la carga impositiva permitiría un aumento en la recaudación de estos impuestos.
Los datos publicados por el Federal Revenue son realmente aterradores: para un aumento en la carga tributaria de 2,37 puntos porcentuales (pp), el gobierno federal contribuyó con 1,67 pp; gobiernos estatales, con 0,62 pp; y gobiernos municipales, con 0,08 pp. Esto indica una creciente concentración de poderes (pero no logros) en el gobierno federal.
El presupuesto de la Seguridad Social, que en 2002 representó el 11,8% del PIB, aumentó esta participación al 13,37% en 2006, sabiendo que, sin una valiente reforma de las pensiones, esta participación alcanzará un punto insoportable.
El mismo día en que el IRS publicó datos sobre la carga tributaria, también hizo pública la recaudación del gobierno federal en julio, que, en valor nominal, creció 13,91% en los primeros siete meses del año. Suponiendo que este crecimiento continuará hasta el final del año en todas las unidades de la Federación y que el PIB crecerá un 5% este año, en 2007 la carga tributaria alcanzará el 37,1% del PIB. El sistema tributario brasileño hace que los ingresos crezcan el doble que el PIB, lo que tiene un efecto insoportable en la economía.
Ninguna reforma tributaria puede funcionar sin imponer un límite al aumento de la carga tributaria y eliminar impuestos o contribuciones no económicas, como el CPMF, que en 2006 representó el 1,38% del PIB.