Pérdidas por piratería

por ETCO

Fuente: Intelog - Porto Alegre / RS - EDITORIAL - 17/05/2010

La piratería ha encontrado un vasto campo en el país y ya se ha convertido en parte del día a día de gran parte de la población. Una encuesta realizada por la Federación de Comercio (Fecomércio-RJ) encontró que casi la mitad (46%) de los brasileños compraron productos falsificados en 2009.

También sorprende el hecho de que revelaron saber que esta actividad ilegal genera desempleo (63%) y financia el crimen organizado (69%). Sin embargo, la explicación más recurrente es que la adquisición se debe a los precios más bajos.

Las cifras son ilustrativas de una importante actividad económica criminal. Según la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol), la piratería es el crimen del siglo. Según datos proporcionados por la Cámara de Comercio Internacional, maneja aproximadamente el 7% del comercio mundial. Esto asciende a alrededor de 600 mil millones de dólares, superando los 360 mil millones que maneja el narcotráfico.

En Brasil, según una estimación de la Asociación Brasileña de Lucha contra la Falsificación (ABCF), las pérdidas por piratería alcanzan los 20 millones de dólares. El comercio informal, según el Instituto Brasileño de Ética en la Competencia (Etco), gira con valores que corresponden al 30% del Producto Interno Bruto (PIB). Varios productos sufren adulteraciones, como medicamentos, ropa, higiene y limpieza, electrónica, autopartes, software, CD y DVD. Las gafas de sol encabezan la lista.

Las consecuencias de la competencia desleal son intensas. Uno es el cierre de fábricas nacionales. En 1999 había 30 fábricas de cepillos para el cabello. Ahora quedan dos. Algunos han desaparecido por completo, como en las nueve fábricas de manivelas, una pieza de bicicleta. También se han agotado muchas fábricas de gafas.

Al brasileño le gusta criticar los malos servicios prestados por las autoridades públicas, como en educación, salud y seguridad pública. Sin embargo, también debe asumir su parte de responsabilidad. Con cada producto pirateado que compra, los recursos dejan de ingresar a las arcas públicas.

Además, su conducta puede beneficiar a un delincuente que está al frente del sistema de ventas, ganando con su impulso de compra. La sociedad debe participar eficazmente en la lucha contra la piratería.
 

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