Autora: Tatiana Resende

Fuente: Folha de S. Paulo, 18/04/2008

La llamada economía sumergida, que engloba todas las actividades que logran eludir el control oficial, creció en 2007 por encima del PIB (Producto Interno Bruto), que mide la suma de la riqueza producida por el país en los medios formales.

 

El índice elaborado por Ibre (Instituto Brasileño de Economía), de la Fundación Getulio Vargas y por Etco (Instituto Brasileño de Ética Competitiva) mostró que la economía sumergida se expandió un 8,7%, contra un 5,4% del PIB.

 

Para llegar a esta cifra, Fernando de Holanda Barbosa Filho, investigador del Ibre y uno de los responsables del indicador, dice que se consideró el mercado laboral informal y el efectivo en circulación en el país, ya que una de las formas de evitar el control del gobierno es no realizar transacciones bancarias.

 

Según él, la carga tributaria fue el factor que más contribuyó al aumento, porque cuanto mayor es, menor es el incentivo para salir de la informalidad. El año pasado, el peso de los impuestos alcanzó un récord, con un 36,08% del PIB, según el IBPT (Instituto Brasileño de Planificación Tributaria).

 

Las exportaciones también interfieren en la economía sumergida, ya que la burocracia para enviar productos al exterior lleva a las empresas a formalizarse. En cuanto a la tasa de paro, la influencia es similar a la del PIB. "Cuanto menor, mayor es el nivel de actividad".

 

Entre marzo de 2003, cuando se comenzó a calcular el índice, por razones técnicas, y diciembre de 2007, la economía sumergida creció un 10,9%, impulsada por el nivel de actividad y la carga fiscal. Considerando el período iniciado en enero de 2003, el PIB se expandió 3,8%.

 

André Franco Montoro Filho, presidente de Etco y exsecretario de Estado en SP (1995 a 2002) en la dirección del PSDB, menciona la reducción del peso de los impuestos y la flexibilización de la legislación laboral como dos de las medidas más urgentes para frenar la aceleración de la economía sumergida. "Antes era adivinar, ahora tenemos un estudio que lo demuestra ".

 

Para el profesor de la Facultad de Economía de la USP Nelson Barrizzelli, estas actividades dan “cierta estabilidad” a la economía, ya que muchos de los negocios informales actuales tendrían que cerrar sus puertas y despedir empleados si tuvieran que obedecer todas las reglas. Sin embargo, desde el punto de vista de quienes cumplen, la competencia es desleal, ya que sus precios tienden a ser menos competitivos.

 

En opinión del economista, la inspección por sí sola no es suficiente y se necesita un sistema más justo. “Estos modelos fiscal, tributario y laboral generan esta esquizofrenia”, argumenta.

 

Barrizzelli cita como ejemplo los incentivos fiscales otorgados a micro y pequeñas empresas. Como sin estos beneficios los costos son mucho más altos, hay negocios que ya se han convertido en grandes empresas, pero que prefieren no declarar la parte que denunciaría este crecimiento. En este caso, son parte de las estadísticas de economías formales y subterráneas.