Ministro jura en consejo y promete acción contra la piratería

por ETCO


Por Vannildo Mendes, O Estado de S. Paulo - 25/11/2004


BRASÍLIA - El gobierno federal utilizará recursos policiales, de inteligencia e inspección en un programa para combatir la producción, distribución y comercialización de productos falsificados en el país, información que dio ayer el ministro de Justicia, Márcio Thomaz Bastos, cuando se instaló el Consejo. Comité Nacional de Combate a la Piratería y Delitos contra la Propiedad, que contará con representantes de siete ministerios, el Congreso Nacional, la Policía Federal y Vial y la sociedad civil.
La piratería, según los primeros datos recopilados por el gobierno, genera alrededor de R $ 56 mil millones en el país, principalmente en los sectores de tabaco, bebidas, combustibles y audiovisuales, especialmente CD. El delito, que se extendió por todo el territorio nacional y estableció conexiones con el Mercosur, particularmente Paraguay, eliminó 2 millones de empleos formales y provocó una pérdida anual de R $ 8,4 mil millones en recaudación de impuestos. "Con inteligencia, planificación y operación articulada, ganaremos esta guerra", dijo Bastos.


Corresponderá al consejo desarrollar las directrices del plan nacional, que se lanzará a principios de 2005, para la prevención y represión de las mafias que explotan la piratería. La determinación del gobierno es cerrar las tiendas que venden productos pirateados y detener a los contrabandistas y empresarios que explotan el sector.


La guía del gobierno es hacer una excepción para los millones de vendedores ambulantes y pequeños comerciantes que, debido a la desinformación o la falta de medios de subsistencia, venden productos falsificados al por menor. El presidente del Instituto Brasileño de Ética en Competencia (Etco), Emerson Kapaz, uno de los creadores de la campaña y miembro del directorio, informó que se definirán formas de compensación por el problema social que se creará con la remoción de la circulación de productos pirateados.


Uno de ellos es el reciclaje de los vendedores ambulantes y la adopción de un plan de desarrollo regional, a ser propuesto por el ayuntamiento, destinado a absorber la mano de obra afectada en las zonas afectadas por la represión.

RELACIONADO