El gasto público no facilita la reforma fiscal

por ETCO

Fuente: Estado de São Paulo - 17/07/2010

En el primer semestre, los ingresos federales, excluyendo la seguridad social, crecieron 17,38% a precios corrientes y 11,82% en valor deflactado por el IPCA. Parece difícil que el PIB entre dos períodos mostró un crecimiento equivalente, lo que nos lleva a concluir que hubo un aumento adicional en la carga tributaria.


Este es un desarrollo normal en una economía de rápido crecimiento, que permite distribuir salarios más altos y aumentar las ganancias corporativas, pero en este caso, con un cierto retraso. Es interesante analizar la evolución de los impuestos que tienen mayor peso en la recaudación.


Naturalmente, el Impuesto sobre la Renta (IR) ocupa un lugar destacado con una participación del 26,66% y el 29,72% en el mismo período de 2009. Se podría concluir que el impuesto directo cayó.



¿Es necesario interpretar cuidadosamente los datos sobre el impuesto sobre la renta, ya que se refieren a diferentes períodos y cuando se trata de personas jurídicas y particulares? aunque en ambos casos hubo una disminución en la participación. Sin embargo, cuando se trata de retener el impuesto sobre la renta, la situación es bastante diferente: a pesar de un aumento en los salarios y el número de empleados, el impuesto de retención cae del 8,19% al 7,72%.

Dos impuestos muestran un aumento anormal: la Contribución a la Financiación de la Seguridad Social (Cofins), con un aumento del 25,27%; y el Impuesto a las Operaciones Financieras (IOF), con un aumento del 40,82%. En el primer caso, hubo una compensación en el pago de Cofins en los primeros seis meses de 2009; en el segundo, un aumento al 2% en la liquidación de las operaciones de cambio de divisas por entradas de fondos. En ambos casos hubo el efecto de mejorar la situación.

Lo que se ve en la recaudación es la creciente importancia de los impuestos indirectos, en detrimento de los impuestos directos, una situación que los impuestos estatales están agravando. Los dos candidatos con posibilidades de ganar las elecciones de octubre hablan de una reforma fiscal sin explicar claramente, sin embargo, qué pretenden presentar al Congreso, y Lula prestó poca atención al texto de una reforma que tuvo aspectos positivos, aunque la reacción de los estados parecía Hazlo imposible.

En el contexto de una interrupción político-electoral irrazonable del gasto público, es poco probable que el gobierno considere proponer cualquier reforma que pueda, en primera instancia, reducir los ingresos. Lo más probable es que tengamos que vivir con una política fiscal desactualizada y fuente de la pérdida de competitividad de los productos brasileños.


 

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