Más allá de la guerra de guerrillas

por ETCO

Fuente: Correio Braziliense, 23/09/2004

Por Emerson Kapaz *


¿Poco más de un año después de lanzar ofensivas en tres frentes simultáneos? contra la evasión fiscal, la piratería y el contrabando? Los defensores de la ética de la competencia están dejando atrás los días de la guerra de guerrillas. Donde antes había un sentimiento de complacencia, e incluso resignación en convivir con los males del "estado paralelo", ahora prevalece la convicción de que es imperativo abolirlo para que la economía pueda crecer nuevamente, de manera segura y rentable para el inversionista.


La novedad más llamativa es la movilización organizada de todos los sectores de la economía. Nadie está más dispuesto a guardar silencio mientras los defraudadores ganan terreno con las ventajas competitivas de los impuestos que no recaudan de las arcas públicas o la pura y simple copia de productos de reconocidas marcas, sin inversión en personal calificado, investigación y tecnología. Un ejemplo llamativo es la reacción de la industria del calzado, víctima de todo tipo de falsificaciones, que está sumando la fuerza de muchas empresas del sector para dar la vuelta a las cosas. Si bien aún no ha evolucionado hacia la creación del deseado Consejo Nacional de Combate a la Ilegalidad, el gobierno se ha mostrado sensible a la tesis de que la articulación entre la sociedad civil organizada y el Estado es fundamental para una lucha de esta magnitud. Prueba de ello es el reciente acuerdo entre la Secretaría de Hacienda Federal y la Secretaría de Derecho Económico con el propósito de intensificar la lucha contra la evasión fiscal y la competencia desleal.


La decisión de investigar sin demora las denuncias en lugar de presentarlas y solo realizar investigaciones en el área económica promete tener los desarrollos más positivos. A partir de ahora, las empresas que eluden sus responsabilidades fiscales seguramente ya no quedarán impunes ante el rigor de la ley. Nunca antes los defensores de la ética de la competencia habían alcanzado posiciones tan relevantes. Nunca antes habían recibido tanta atención por parte de las autoridades. Utilizando un concepto clásico de guerra de guerrillas, se puede decir que se ha superado lo que los teóricos denominan “curva de vulnerabilidad”. O la etapa en la que las guerrillas no son tan incipientes como para ser ignoradas, pero aún no son lo suficientemente vigorosas para llegar al poder.


En el caso de las empresas éticas, el poder es sinónimo de capacidad para influir en el cambio. Hay mucho que hacer. La burocracia, por ejemplo, es un objetivo prioritario. El Banco Mundial acaba de publicar un estudio realizado en 145 países bajo el título Doing Business en 2005, donde pone el dedo en la llaga: la regulación excesiva es un factor importante del atraso económico. Desde su publicación el año pasado, 58 países han intentado simplificar las relaciones comerciales. Este no es el caso de Brasil. Todavía estamos muy ligados a la herencia burocrática de la época colonial y también a la maraña de leyes que se originan en el Código Napoleónico. Esta camisa de fuerza podría incluir el exceso de impuestos, la rigidez de la legislación laboral, la lentitud del sistema judicial y las dificultades para abrir y cerrar empresas.


En una visión más integral, se necesita una reforma para modernizar el Estado, que aún es excesivamente patrimonial y enfocado más a la distribución de privilegios que a la inclusión social. Tal como lo diagnosticó el desaparecido jurista Raymundo Faoro en Los dueños del poder. Al comentar el estudio del Banco Mundial, la revista The Economist, en un editorial reciente, sugiere que, para reformar el Estado en países asediados por la burocracia, como es el caso de Brasil, el primer paso es dejar de lado las ideologías, en el izquierda o derecha ??.


Mejorar el entorno empresarial significa más inversiones, más riqueza en circulación y más ofertas de trabajo. Sin reformas, solo impulsadas por la recuperación de la economía, en los últimos meses el país ha creado más de un millón de empleos formales. Con las reformas, ¿cuántos millones de puestos de trabajo se pueden crear? Sin embargo, hagamos justicia a la realidad. Estamos pasando de la retórica a la acción en muchos frentes. En términos de ética de la competencia, el desafío consiste en ampliar el radio de cambios positivos. Marcará la diferencia para mí y determinará el fin de la guerra de guerrillas.


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* ¿Presidente del Instituto Brasileño de Ética de la Competencia? Etco

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