Reflexiones sobre la burocracia fiscal

por ETCO
22/07/2011

Fuente: Estado de São Paulo - 06/12/2010

Por Everardo Maciel

La administración tributaria brasileña se ha convertido en una referencia internacional en términos del uso de tecnologías de información y comunicación. Este hecho surge de un proceso que comenzó en la década de 1960, con la adopción de varias iniciativas pioneras, como la creación del Servicio Federal de Procesamiento de Datos (Serpro), en 1964, y el uso de la red bancaria para recaudar impuestos. . Continúa, más fuertemente, en la década de 1990, cuando se hizo un uso intensivo de la web en la preparación y transmisión de declaraciones y se implementaron sofisticados sistemas de inspección. La implementación de la factura electrónica y el Sistema Público de Contabilidad Digital (Sped) ya está en marcha, lo que representa pasos notables para consagrar el liderazgo brasileño en el asunto.

Para ilustrar el nivel alcanzado por la administración tributaria brasileña, hagamos una comparación con su contraparte en los Estados Unidos. Solo este año, las autoridades fiscales de ese país lograron recibir, por medios electrónicos, el 70% de las declaraciones del impuesto sobre la renta de las personas. En Brasil, durante más de 10 años, más del 95% de las personas han transmitido sus declaraciones de impuestos a través de Internet. En el campo de las personas jurídicas, este objetivo es totalmente universal.

Paradójicamente, los datos de Doing Business 2010 (encuesta realizada anualmente por el Banco Mundial, en el ámbito de 183 países, con el objetivo de evaluar la facilidad para hacer negocios) le da a Brasil la posición 127, en términos generales. Específicamente en el campo de los impuestos, los resultados son desafortunados: se gastan 2.600 horas al año para cumplir con las obligaciones fiscales en Brasil, en contraste con un promedio de 384,7 horas en los países de América Latina y el Caribe; y 199,3 horas en países de la OCDE. Las posiciones alcanzadas con respecto a la apertura y cierre de empresas son muy modestas (128 y 132, respectivamente).

Intento explorar, en este artículo, algunas hipótesis que explican esta paradoja y algunas ideas centradas en la burocracia fiscal.

La larga y tormentosa vida de la inflación brasileña obligó a la administración tributaria a establecer plazos cortos para la recaudación de impuestos, con el objetivo de prevenir el llamado “Efecto Tanzi” (concepto introducido por el gran contribuyente italoamericano Vito Tanzi para resaltar la pérdida real de recaudación tributaria, en periodos de inflación significativa, debido al desfase entre la fecha de ocurrencia del hecho imponible y la fecha de pago). Esta fue la razón que llevó a la exigencia de una gran cantidad de documentos fiscales e información fiscal.

Desde el Plan Real hemos alcanzado niveles de inflación civilizada. A pesar de esto, debido a la inercia o las necesidades de ingresos circunstanciales, aún no se ha logrado una reestructuración completa de esos términos y obligaciones, produciendo un sistema más en línea con un escenario de estabilidad monetaria.

La modernización de la administración tributaria, a su vez, estimuló la institución de un gran número de declaraciones con el objetivo de proporcionar confrontaciones de información con fines de inspección, lo que de alguna manera es comprensible en el contexto del trabajo destinado a reducir la evasión fiscal. . Una forma de enfrentar este problema, sin debilitar la inspección, sería establecer, dentro del alcance de cada entidad federativa, la declaración anual única del contribuyente para todos los impuestos declarativos, que se facilitaría con la implementación de Sped. Asimismo, el pago mensual de cada impuesto se realizaría a través de un solo documento, incluso en relación con las retenciones de impuestos.

El tiempo dedicado a abrir un negocio es inaceptable. El registro de las personas jurídicas y el número de registro respectivo deben ser únicos, con una sola puerta de entrada (preferiblemente juntas comerciales, siempre que estén debidamente modernizadas). La multiplicidad catastral (Unión, Estados y municipios) limita con lo ridículo. Las licencias y permisos de operación nunca deben afectar el proceso de registro, sin perjuicio de las actividades de inspección permanente de los organismos competentes.

Cualquier empresa sin impuestos pendientes debe recibir una cancelación automática, cuando así lo requiera la misma ruta utilizada para la apertura. Si, después, se encuentra algún tipo de irregularidad, el Tesoro podría restablecer de oficio el registro.

La inestabilidad normativa, que afecta tanto a los profesionales de impuestos, se puede contrarrestar mediante la adopción de algunas reglas: establecer una precedencia total, con el fin de garantizar que cualquier impuesto, con la excepción de las reglamentaciones, solo pueda exigirse si se instituye o aumenta en 30 Junio ​​del año anterior, en pleno cumplimiento de los términos de la ley de presupuesto; y restringir los cambios normativos a los contenidos en la consolidación fiscal anual obligatoria, excepto para actos de naturaleza interpretativa.

Como puede verse, el tema es amplio y requiere más reflexión, quizás dentro del alcance de un proyecto nacional para reducir la burocracia fiscal.

CONSULTOR TRIBUTARIO, ERA SECRETARIO DE INGRESOS FEDERALES (1995-2002)

 

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