"No se puede culpar a los auditores de los litigios"
El presidente de Unafisco, Mauro Silva, señala la necesidad de ampliar las iniciativas de desarrollo profesional para el personal de los auditores fiscales de los Ingresos Federales
Doctor en Derecho de la Universidad de São Paulo (USP), Mauro Silva es auditor fiscal de los Ingresos Federales y está a cargo de la Asociación Nacional de Auditores Fiscales de los Ingresos Federales de Brasil (Unafisco), una entidad asociativa que representa la categoría a nivel nacional.
Para él, la falta de inversiones en el desarrollo profesional de los auditores aumenta problemas tales como interpretaciones divergentes de la compleja legislación fiscal del país. Otro tema relevante, observa el presidente de Unafisco, es la falta de conciencia de los contribuyentes sobre la importancia de los impuestos y el trabajo de la empresa. Receta Federal. "Como no hay una inversión adecuada en educación fiscal desde la infancia, los brasileños adultos no han desarrollado la ciudadanía fiscal", dice.
Sigue algunos extractos de la entrevista.
Los brasileños ven los impuestos como un obstáculo
El gigantesco litigio brasileño se debe en gran parte a la complejidad de nuestras normas fiscales. Parte de esta complejidad puede atribuirse a la demanda de beneficios sectoriales, es decir, a los intereses de algunos sectores.
Además, los contribuyentes a menudo transforman los litigios en parte de su planificación fiscal, posponiendo el pago de impuestos para dirigir los recursos a otros objetivos.
Como no existe una inversión adecuada en educación fiscal desde la infancia, el adulto brasileño no desarrolló la ciudadanía fiscal y ve el impuesto no como un precio para la ciudadanía, sino como un obstáculo. Por lo tanto, existe una falta de comprensión de la importancia del trabajo del Servicio de Impuestos Federales y del auditor fiscal. Por supuesto, el mal uso de los recursos públicos ayuda a resistir el deber fundamental de pagar impuestos.
Es necesario invertir en desarrollo profesional.
Los auditores fiscales de la Renta Federal de Brasil, como funcionarios públicos, siempre están obligados a hacer lo que establece la ley. Por lo tanto, no se puede culpar a los auditores por la situación en la que se encuentra el litigio fiscal. Cumplimos con la ley.
Las leyes son redactadas por el Congreso Nacional y en la mayoría de los casos ignoran las pautas y propuestas de la administración tributaria. Está legislado para satisfacer los intereses de los grupos de presión y, en muchos casos, los intereses personales de los parlamentarios. Las reglas infragales terminan reflejando el desorden y la complejidad que resultan de la redacción de la ley tributaria en este escenario de falta de preocupación por el interés público.
El escenario se vuelve aún más complejo debido a la gran falta de inversión en los Ingresos Federales: hubo un recorte en el presupuesto disponible para la agencia, no hay inversión en capacitación para los auditores y no hay incentivos para aquellos empleados que buscan una mejora profesional.
Además de todo esto, no ha habido apertura de nuevas licitaciones públicas en los últimos años, lo que resulta en auditores insuficientes, lo que lleva a una acumulación de procesos para ser juzgados o analizados.
Hay sanciones previstas para los auditores que
Cuando se trata de la supuesta falta de castigo para los inspectores que cometen errores, esto no es cierto. El Código Penal establece un tipo penal aplicable a los servidores públicos que exigen el pago de impuestos indebidamente: es el delito de exacción excesiva, previsto en el artículo 316, párrafo 1. Es decir, si el auditor fiscal actúa con intención, perjudicando al contribuyente, será castigado.
Además, las empresas que prueban haber sufrido daños por la acción estatal, que incluye la realización de la inspección fiscal, pueden demandar al Poder Judicial y cobrar al Estado una indemnización, siendo la entidad estatal responsable de la acción regresiva contra el auditor. Nuestra organización ya cuenta con mecanismos adecuados para abordar estos problemas.
Todo el desempeño de los auditores fiscales se realiza a través de actos administrativos, que deben ser motivados, bajo pena de nulidad. Si no hay una motivación adecuada, uno debe recurrir al Poder Judicial para anular el acto.
Sin embargo, las interpretaciones aplicadas en el trabajo del auditor fiscal se basan en el sistema legal y, como se sabe, la Ley tiene varios puntos de vista. Si no se invierte en capacitación y mejora constante, las interpretaciones pueden diferir. Este hallazgo es otra razón por la cual advertimos que es extremadamente importante invertir más en capacitación periódica para auditores fiscales.
Poner fin a los privilegios es necesario y urgente
Es posible pensar en una reforma infraconstitucional, por ejemplo, al reevaluar y reducir la cantidad de beneficios fiscales actualmente vigentes y la cantidad de regímenes especiales, situaciones que causan distorsiones en el sistema e influyen en la decisión de los agentes económicos.
Existe una necesidad extrema de revisar los beneficios fiscales que a menudo favorecen a unos pocos sectores y no aportan ningún retorno a la sociedad.
Se debe considerar la construcción de un sistema impositivo más justo, revisando la incidencia de la carga impositiva, que se enfoca fuertemente en el consumo y poco en ingresos y riqueza, colocando una carga mayor en aquellos que tienen menos capacidad contributiva.
Con respecto específicamente a los litigios fiscales, se sugiere reducir los niveles administrativos de tres a dos niveles, lo que haría el proceso en la esfera administrativa un poco más rápido. Además, existe una tendencia a mejorar la relación entre las autoridades fiscales y los contribuyentes, en el sentido de permitir los medios de autorregulación de los contribuyentes, en detrimento de las acciones meramente punitivas.